¿Castigo o Corrección?

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Han pasado siglos y la pregunta sigue siendo la misma. Para formar a los seres humanos hay que castigar, reprimir, o corregir. Al respecto presentaré dos puntos de vista que iluminen la reflexión de este tema trascendental. En este sentido decimos que:

El castigo es un arma de doble filo (Skinner). De otro lado el castigo como método de disciplina:
  • Hace a los adultos responsables por el comportamiento de los niños, niñas y adolescentes.
  • Impide que los niños, niñas y adolescentes aprendan a tomar sus propias decisiones y consecuentemente impide que adopten reglas para un comportamiento eficaz.
  • El comportamiento adecuado solamente se da bajo presencia de las figuras de autoridad.
  • Invita a la resistencia al intentar forzar a los niños, niñas y adolescentes a ser conformes.

En nuestra época, los niños, niñas y adolescentes al conocer sus derechos, no están dispuestos a someterse a las reglas y a las normas arbitrarias de los adultos, adultas; por eso, la técnica tradicional de obtener obediencia de los niños-, niñas y adolescentes premiando y castigando- ya no es tan eficaz como antes.

  • ¿Qué debemos hacer?
  • ¿Cómo debemos educar a los niños, niñas y adolescentes de hoy?

Lo que debemos tener claro es que ninguna sociedad puede sobrevivir sin poner límites al comportamiento de sus miembros.

El comportamiento inadecuado siempre tiene un objetivo, consciente o inconsciente. Según Dreikurs, el comportamiento inadecuado tiene cuatro objetivos:

  1. Atención: Los niños, niñas y adolescentes prefieren obtener atención de manera positiva, siendo útiles, pero si no lo logran así, la buscan en forma negativa. Si simplemente estamos “molestos” y corregimos con advertencias o con ruegos, el niño, niña, adolescente ha recibido la atención deseada. Si queremos ayudar a estos niños, niñas y adolescentes “buscadores de atención” debemos cambiar nuestras respuestas, nuestras reacciones y mostrarles que pueden ser considerados o tomados en cuenta a través de sus contribuciones útiles al bienestar de la comunidad, más que a través de actitudes o acciones negativas. En este sentido, el mejor momento de prestarle atención al niño, niña y adolescente es cuando él, ella no lo espera.
  2. Poder: El niño, carlos.molina@institutocalasanz.orgniña y adolescente que busca poder sólo se siente importante cuando considera que él, ella es el jefe, jefa; trata de hacer solamente lo que él, ella quiere. Este tipo de personas practican la “complacencia desafiante”, es decir hacen lo que los adultos, adultas les ordenan pero no en la forma en que los adultos, adultas lo desean. Al tratar a estos niños, niñas y adolescentes, los adultos, adultas deben controlarse, no ponerse molestos y retirarse a tiempo, de una probable “lucha por el poder”.
  3. Revancha: Los niños, niñas y adolescentes que tienen estos comportamientos están convencidos de que no son dignos, dignas de ser queridos, queridas. Se sienten importantes sólo cuando pueden molestar a otros, otras tanto como creen haber sido ellos, ellas mismos, mismas molestados, molestadas. Piensan que ocupan un lugar importante siendo crueles y siendo rechazados, rechazadas por otros, otras. Los adultos, adultas debemos tener en cuenta que esta conducta en el niño, niña y adolescente tiene su origen en un sentimiento de desaliento. La forma en que los adultos, adultas podemos ayudar a éstos niños, niñas y adolescentes es no ser nosotros revanchistas. Ayudamos a éstos manteniéndonos calmados y mostrando buena voluntad y asertividad.
  4. Demostración de insuficiencia: Surge en las acciones en las cuales los niños, niñas y adolescentes piensan que no pueden tener éxito. Esta rendición puede ser total o sólo en aquellas situaciones en las que piensan que no pueden tener éxito. Para ayudarlos, ayudarlas los adultos, adultas debemos eliminar toda censura y enfocar sus comentarios sobre las buenas cualidades y sobre sus potencialidades. Por tanto se debe estimular cualquier esfuerzo hecho por el niño, niña y adolescente para mejorar, no importa cuán pequeño sea.
Recuerde que:

todo comportamiento inadecuado, inclusive la búsqueda inadecuada de atención, se debe a que el niño, niña y adolescente se encuentra DESANIMADO

Para evitar estos comportamientos inadecuados se debe tratar al niño, niña y adolescentes con:
  1. Respeto Mutuo (adulto – niño; niño – niño): El respeto es ganado. Proviene del hecho de respetar a otro, otra. Ejemplo: Pido a los niños, niñas y adolescentes que para entrar al grado toquen la puerta, sin embargo cuando entra el maestro, maestra no la toca sino que simplemente entra.
  2. Dedicación de tiempo para diversiones: Consiste en dar al niño, niña y adolescente un tiempo de calidad y no de cantidad. Una hora de relaciones positivas vale mucho más que varias horas de situaciones conflictivas.
  3. Estimulación: Debemos creer en nuestros niños, niñas y adolescentes si queremos que ellos, ellas crean en sí mismos, en sí mismas. Por eso necesitan ser estimulados frecuentemente para sentirse bien.
  4. Demostración de Amor: Es extremadamente importante decirles a los niños, niñas y adolescentes que los queremos, sobre todo cuando ellos, ellas no esperan este comentario. Como reza el refrán: “No es lo mismo saber que me quieres, que escucharte decir TE QUIERO”.

Termino este artículo planteándoles una ficha de reflexión misma que servirá para aclarar dudas y para tomar consciencia de la práctica educativa que más usamos a la hora de formar a nuestros hijos, hijas, representados, representadas.

FICHA DE REFLEXIÓN
  • ¿Qué es lo que más me llama la atención del documento? ¿Por qué?
  • ¿Qué afirmaciones o realidades que contiene el documento rechazo o me chocan?
  • Después de haber leído el documento, ¿qué preguntas o dudas me quedan? Las escribo y envió al siguiente correo: carlos.molina@institutocalasanz.org
  • ¿Castigamos o corregimos?
  • ¿Hasta qué punto es necesario el castigo en la formación de nuestros hijos, hijas o representados, representadas?
  • ¿Qué es más efectivo: el castigo o la corrección? ¿Por qué?